La inteligencia artificial revoluciona el turismo
Los datos generados a nuestro alrededor y que fluyen en las ciudades imponen grandes retos, en una primera instancia el poder capturarlos y almacenarlos, para enseguida aprovecharlos con la llamada inteligencia artificial.
El potencial que se abre hoy para los negocios, las ciudades y los destinos inteligentes es inmenso. Reflexionemos sobre el poder saber cómo, cuándo y en qué gastan el dinero los turistas; poder construir experiencias más cómodas y amigables para el turismo que no habla el mismo idioma del lugar que visita; tener información válida, viable y confiable de cada territorio; y eficientar la seguridad, movilidad y conectividad de los espacios.
La era digital en que vivimos no es restrictiva. Los servicios turísticos han crecido exponencialmente con la digitalización porque saben leer y proveer las mejores experiencias.
Este es el verdadero reto: construir experiencias únicas con ayuda de las plataformas sociales, tecnologías emergentes e inteligencia artificial (IA). Watson puede ayudar a generar estas nuevas experiencias y construir nuevos modelos de negocio. Es lo que hace la IA, aumentar la inteligencia del ser humano.
Pasamos la revolución industrial, la era del crecimiento de los servicios y ahora estamos en el punto donde lo que hace la diferencia es el ofrecimiento de nuevas experiencias, tanto a los ciudadanos como a los turistas.
Mas que una ciudad, un destino inteligente tiene el reto de estar interconectado con todos los servicios que ofrece y además estar conectado con cada turista. Conocerlo antes, durante y después para realmente poder crear una conexión.
En la era de la transformación, esto es posible. Poder aprovechar la fuerza de todos los datos que fluyen a nuestro alrededor, estructurados y no estructurados, y transformarlos en línea en inteligencia para la toma de decisiones oportuna. Entregar más valor, más rápido, de forma natural.
Vivimos en la era en la que los datos son el nuevo recurso natural. Hemos producido más datos en dos años que en los últimos 100 y sólo el aprovechar toda esta información es lo que podrá hacer la diferencia para accionar con mayor asertividad y rapidez.
En el fondo hay un sinfín de posibilidades porque lo más importante no son los datos que pueden ser encontrados por los buscadores de Internet, sino el 80% que son ‘invisibles’ a los sistemas computacionales tradicionales, es decir, toda esa información que fluye entre clientes, pacientes, proveedores, logística y movimientos financieros, o incluso de dispositivos y sensores conectados en productos, vehículos, equipos incluyendo los “wearables” que hoy utilizamos (el llamado Internet de las Cosas).
La IA toma relevancia para dar sentido a esos datos no estructurados y ayuda a transformar ese mar de información en valor para tomar decisiones asertivas, conocer mejor las preferencias que la gente comparte y ganar agilidad, capacidad de innovación y ventaja competitiva.
Un destino inteligente debe hacer mucho más que solo conocer, sino que debe tener la capacidad de reconocer y accionar dónde se necesita. Decenas de proyectos, de diferentes tamaños y segmentos, usan soluciones de IA en la nube, en México y otros países de la región.
Un ejemplo de lo que la IA puede lograr está en el Museo Nacional de Antropología, que con el soporte de Watson ha mejorado la experiencia de los visitantes al fomentar su interacción con la extensa colección de arte prehispánico del museo.
Los visitantes pueden obtener conocimiento e historia de 11 piezas icónicas del museo, a través de un teléfono inteligente con la aplicación móvil ‘Voces de otro tiempo’. Mientras recorren el museo, reciben notificaciones sobre la proximidad de las piezas interactivas y se les anima a hacer preguntas sobre la pieza más cercana. Toda la interacción está basada en audio y voz, en español.
Por: Martha González Pérez-Sandi
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